LAICOS DE MURIALDO
FAMILIA DE MURIALDO
Nuestra familia es rica en un gran número de laicos (jóvenes y adultos) que comparten el mismo carisma espiritual de San Leonardo Murialdo y, a veces, también la misma misión en el compromiso educativo de la evangelización de los niños.
NUESTRO IDEAL
Murialdo tenía como característica la valorar a los laicos. Sabía cómo involucrar a los laicos de diferentes orígenes y profesiones en la actividad educativa y pastoral. Trabajó con ellos y les confió tareas de responsabilidad en la realización de muchas de sus obras. Él mismo era un colaborador muy buscado porque tenía la capacidad de mejorar los talentos de los demás.
La Congregación de los Josefinos nació en este clima de compartir, y en una experiencia de hermandad para formar, religiosos y laicos, una "familia bien unida". San Leonardo insistió en este tema: "Unidos en el pensamiento, en el deseo de hacer el bien a los jóvenes; unidos en el afecto, la caridad, la amistad y la acción. Para dar a nuestro entorno el carácter de una familia" (Escritos IV, p. 326). Y también: "Deseamos formar una familia por amor, afecto y ocupación" (Escritos X, p. 43).
QUIÉNES SOMOS
Aún hoy nuestra familia es rica en un gran número de laicos (jóvenes y adultos) que comparten el mismo carisma espiritual de San Leonardo Murialdo y, a veces, también la misma misión en el compromiso educativo de la evangelización de los niños. Muchos lo hacen a nivel personal, pero muchos se agregan en nuestra familia como comunidades o grupos. Entre ellas, las Comunidades de Laicos de Murialdo, los grupos de ex-alumnos y amigos, las Madres Apostólicas...
QUÉ HACEMOS
En todas las obras encontramos jóvenes y adultos que, junto a los Josefinos, las Murialdinas y las mujeres consagradas del Instituto Secular, realizan el servicio educativo en personalmente, entrando a formar parte del trabajo en red en el lugar o dan e testimonio de la especificidad de nuestro carisma, a través de un estilo educativo típico, que llamamos "Pedagogía del amor", centrado en la Educación del corazón.
Son educadores, catequistas, animadores, profesionales, trabajadores... que tienen el carisma de San Leonardo en su corazón y se entregan generosamente al servicio de la construcción del Reino de Dios, con un compromiso personal, ofreciendo sus habilidades intelectuales, técnicas, manuales... y dando testimonio en el mundo de la primacía del amor de Dios por nosotros.
